Este corto de animación nos hace reflexionar sobre el valor de ser uno mismo en un mundo plagado de gente indiferente que pierde su identidad, absorbido por el sistema, por la rutina o por el ritmo que nos marca la sociedad. Nuestros hijos, llenos de energía, no merecen vivir en un mundo gris y sin ilusión. El amor e interés de un padre hacia su hijo es lo único que les devolverá la alegría y el entusiasmo por la vida en este lugar, donde cada día hay más desencanto. ¡Tú eres el único que puedes cambiar el rumbo de tu vida y la de tus seres queridos!